¿Cómo valorar el fondo de comercio?
A la hora de valorar una empresa, no basta con mirar los libros de contabilidad. Una compañía es mucho más que eso. Es la suma de un conjunto de intangibles que otorga un valor que va más allá de meros apuntes numéricos. La diferencia entre este valor contable de la empresa y su precio de mercado es el fondo de comercio.
La marca, los contratos, la experiencia de los empleados… Son algunos de los componente de lo que se conoce como fondo de comercio. Recurriendo a una metáfora popular para explicar este concepto, puede decirse que lo constituye ‘la panadería y su clientela’. Con ello nos referimos no sólo a los elementos materiales, como el equipamiento o el local, sino al barrio o la calle en la que se emplaza el negocio; una cartera de clientes unidos a la tienda por unos lazos de fidelidad y ligados al buen nombre y tradición de la panadería; el prestigio por la calidad de los productos; la fórmula para la elaboración de los mismos; la destreza y atención de sus empleados; los convenios y condiciones laborales firmadas con ellos, entre otros.
Se trata, por tanto, de activos capaces de generar beneficios en el futuro, por lo que un comprador podría estar dispuesto a pagar un precio superior al valor contable de la empresa en su adquisición.
Emilio Martínez, profesor de la escuela de negocios CESTE, define el fondo de comercio como “el precio pagado por los activos intangibles de la empresa adquirida y que no han podido ser reconocidos individualmente; o también como la plusvalía que ha estado dispuesta a pagar la entidad adquiriente por conseguir la propiedad de una empresa que, por estar en funcionamiento, se considera que tiene un mayor valor que el de sus efectivos netos reconocidos”.
¿Cómo fijar el Valor?
Aunque el fondo de comercio está estrechamente ligado al valor de una empresa, no es exactamente lo mismo. “Los valores intangibles van unidos a cada actividad o negocio empresarial y no se pueden vender de forma independiente. Podemos poner como ejemplo una empresa constructora que está organizada en varias divisiones o unidades generadoras de efectivo, como edificación, carreteras y obra civil urbana. Si la compañía vende la división de carreteras, únicamente se pondrá de manifiesto el fondo de comercio de esa unidad generadora de efectivo”, explica el profesor de CESTE.
Como señala Martínez, “la valoración de activos intangibles puede ser excesivamente creativa, por lo que es recomendable utilizar métodos que sean tanto objetivos en valoración como uniformes en la aplicación”.
Así, recuerda que “el nuevo Plan General de Contabilidad (PGC) y la aplicación de las Normas Internacionales de Contabilidad recomiendan identificar el máximo de intangibles cuyo valor razonable sea fiable y reservar para el fondo de comercio la estimación del valor de las sinergias generadas en una combinación de negocios”. En cualquier caso, para explicar este punto se pueden utilizar los siguientes métodos:
VALOR POR PRECIO DE MERCADO. Como explica Francisco López-Lubián, profesor de IE Business School, “si la empresa cotiza en Bolsa, bastaría con coger este valor. Si no lo hace, se podría recurrir a un múltiplo, un referente presente en el mercado. Por ejemplo, si en el mercado se está pagando 10 veces el ebitda (beneficio bruto de explotación) en transacciones similares y la empresa que se quiere vender tiene un ebitda de 20 y un equity (valor líquido) de 100, se pagaría 200 por la compra, con lo que se generaría un fondo de comercio de 100”. En definitiva, se trataría de tomar una referencia a partir de los precios de mercado que se han pagado por intangibles parecidos en operaciones similares.
VALOR DE USO. La profesora de Contabilidad de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM) y del Instituto de Análisis de Intangibles (IAI), Ana Gisbert, declara que “la forma más adecuada para determinar su valor sería a través de la actualización, al momento presente, de todos los flujos de caja que se esperan obtener del activo a lo largo de su vida útil. En definitiva, estimar el denominado ‘valor de uso’ del fondo de comercio, que el International Valuation Standard Committee (IVSC) define como el valor que un bien concreto aporta a la organización de la que es parte y que es el que tiene un bien para un uso específico y un usuario concreto y, por tanto, no se deriva del valor de mercado”.
COSTE DE REPOSICIÓN. Como precisa el profesor de la escuela de negocios CESTE, es posible valorar “el coste de reposición del intangible concreto”, es decir, cuánto costaría generar dichos activos de nuevo. Gisbert apunta que “al igual que para valorar el fondo de comercio, en la estimación del período de recuperación de la inversión es necesario estimar los flujos de caja futuros que es capaz de generar el fondo de comercio adquirido. Para ello, es necesario conocer el origen y composición del fondo de comercio y la forma en la que éste interactúa con el resto de activos de la organización. De esta manera, se podrán valorar la rentabilidad de la inversión y el plazo de recuperación”.
ÓPTICA FISCAL Y CONTABLE
Respecto a las cuestiones fiscal y contable que conviene conocer, los últimos cambios normativos han traído algunas novedades que afectan al fondo de comercio. Éstas son las principales características:
Anotable, si procede de compra. El fondo sólo es “reconocido por adquisición a título oneroso”, de manera que su valor puede figurar en el balance únicamente cuando haya sido adquirido a terceros.
No amortizable. El fondo de comercio no se amortiza al considerar que tiene una vida indefinida. O lo que es lo mismo: no hay un límite previsible de tiempo en el que ese activo dejará de generar beneficios económicos.
Valoración anual. Es obligatorio que anualmente se realice un análisis de su posible deterioro de valor y que éste se reconozca en caso de que sea efectivo. Las pérdidas de valor del fondo de comercio que se hayan reconocido no son en ningún caso reversibles.
Reserva indisponible. Es un mecanismo de protección patrimonial que obliga a dotar anualmente una reserva indisponible equivalente al fondo de comercio que aparezca en el activo del balance, destinándose una cifra del beneficio que represente al menos un 5% del importe del citado fondo de comercio. Si no existiera beneficio o éste fuera insuficiente, la compañía puede emplear reservas de libre disposición.
Deducible, hasta un máximo del 5% anual del fondo de comercio, siempre que se dote una reserva indisponible por el importe deducible y en los términos que fija la legislación mercantil. Las cantidades deducidas minorarán a efectos fiscales el valor del inmovilizado.
CONVIENE RECORDAR…
La tarea de valorar el fondo de comercio es delicada porque incide en un aspecto tan importante como es el precio en una transacción de compraventa. Por eso, conviene seguir el consejo de la profesora de Contabilidad de la UAM y del IAI cuando afirma que lo fundamental “es tener una valoración lo más fiable posible del fondo de comercio para asegurarse de que no ha perdido valor. También que el conjunto de recursos y capacidades que representa mantienen su capacidad de generar flujos de caja y beneficios económicos en el futuro”. Recuerda que su valor no es eterno.
Fuente: http://www.emprendedores.es/